martes, 22 de noviembre de 2011

¿Para cuando una reforma de la Ley Electoral en España?


Un partido nacionalista, que plantea legítimamente su independencia del estado (y conste que estoy a favor de los referéndum de autodeterminación), no puede ser, por pura coherencia, una piedra angular de la política nacional del país del que dice no sentirse ni querer formar parte. Esto hay que cambiarlo YA!. La ley electoral es arcaica, acaba en lo absurdo, como la monarquía o la pena de muerte. El derecho de voto es y debe ser de los ciudadanos, de cada mente pensante, y no de los territorios! Los territorios no tienen derechos, las personas los tienen.

3 comentarios:

Dani R. dijo...

Estoy de acuerdo con el concepto que la lay electoral se puede mejorar (y mucho), pero el ejemplo que usas para ilustrarlo creo que te ha quedado inconscientemente muy perverso:

"Un partido X, que plantea legítimamente su Y, no puede ser, por pura coherencia, una piedra angular de la política Z".

En tu frase inicial le has dado ciertos valores a X, Y y Z.

A lo mejor, tal como lo has expuesto tienen mucho sentido para ti, pero ¿quieres decir que poder ser piedra angular o no depende que las ideas que se defiendan?

"El buscador de tres patas al gato" dixit.

Saludos

Will Parker dijo...

No, Dani, en respuesta a tu pregunta NO creo que ser piedra angular deba depender de las ideas que se defienden. Eso sí que sería perverso. Pero SÍ que creo que el poder de representación debería depender del número de personas que apoyan dicha idea o partido. Si el sistema electoral fuera directamente proporcional, como aquí defiendo, esas ideas, en número de votos y no de escaños, tomarían su verdadera proporción en el conjunto del país y no, como ahora, una desproporcionada dimensión que nos lleva al absurdo, a la incoherencia que supone un congreso donde se defiende una política para toda una región (igual me da que sea España, que Europa, que Estados Unidos) pero donde las decisiones finales dependen de una minoría que tiene intereses exclusivamente en una subregión.

El comentario no creo que sea perverso, ni siquiera inconscientemente, Dani. Lo hubiera sido de haber dejado las incógnitas X, Y y Z sin resolver, como quien tira la piedra y esconde la mano, pero no es así: está claro que me refiero a CiU, PNV y Amaiur, que con la mitad de votos que otras formaciones logran el doble de escaños gracias al sistema actual.
¡Ojo! aunque NO fueran estos partidos de índole independentista, el sistema electoral me seguiría pareciendo injusto y pediría su cambio, pero ya no diría, claro, que los resultados acaban traduciéndose en una incoherencia.

Todo sistema electoral debería ser proporcional a cada hombre, no al tamaño de una región ni a la densidad de su población. Y me gustaría que dicho sistema incluyese la posibilidad de que una parte de la población con derechoa voto pueda convocar un referendum de independencia y decidir libremente su destino, ahorrándonos a todos el espectáculo bochornoso, para ellos y para el resto de la nación, de verles defender sus intereses en un foro demasiado amplio para sus miras.

Arturo dijo...

Will:
Pareciera que estuvieses aplicando una metodología estructurada en la lógica de los ingenieros. La realidad que nos rodea -o como quieran llamarle- no sigue los criterios de proporcionalidad ni correspondencia.
Comparto contigo la referencia de que los votos son de los individuos, pero tengamos en cuenta que, por su magnitud infinitesimal, no serán relevantes en el resultado final, y por lo tanto, serán impunemente despreciados.
De cómo funcionan las democracias ya dio clase magistral Raymond Chandler en "El gran adiós", cuando explica el poder del "establishment".
Borges decía que: "Para mí, la democracia es un abuso de la estadística".
Encontré tu blog guiado por la similitud de algunas de tus preferencias con las de este pobre ingeniero, lector en su juventud de Asimov y otros del género, admirador de Bioy, de Borges y de Cortázar, entre otros connacionales y de Wilde, Joyce, Capote, Galeano, García Lorca y Machado entre los universales. Pintor frustrado, escritor casi inédito y escribidor de blog. Y ante todo, incierto buscador artesanal de la sabiduría.
Y, por último, un consejo que me dio un amigo hace como veinte años:
¿Qué te pasa, están tocando un tango y vos querés bailar un foxtrot?
Un saludo.