MANIFIESTO POR GAVÀ
“Por una democracia real”
Los ciudadanos de Gavà hemos constatado, como tantas otras poblaciones de este país, la separación que en la “democracia” actual existe entre el “deimos” (pueblo) y el “krátos” (gobierno). Habiendo comprendido que es preciso un avance significativo que nos conduzca a una mejora del concepto de democracia y a su implantación real como modelo de gobierno, los abajo firmantes, que tenemos sólo en común ser hombres y mujeres libres y estar francamente indignados, damos nuestro apoyo a las siguientes aseveraciones, que conforman la base de nuestra reivindicación y sobre las cuales hemos alcanzado un total acuerdo:
El único acto democrático real en la vida de los ciudadanos tiene lugar con una periodicidad de 4 años y se limita a refrendar alguno de los programas electorales que los partidos llevan en sus campañas. No existe responsabilidad alguna en el cumplimiento de dichos programas más allá del riesgo de perder las siguientes elecciones, algo que para el ganador siempre es posible soslayar durante sus 4 años de mandato gracias a un dominio férreo sobre los medios de comunicación masivos, al que sólo Internet, por su carácter intrínsecamente diversificado, ha escapado. Para el ciudadano tampoco existe la posibilidad de negar todas las opciones electorales posibles: el voto en blanco no implica escaños vacios y no existe un límite de participación por debajo del cual unas elecciones queden anuladas. Siempre habrá un ganador y siempre un congreso o parlamento lleno.
Los mencionados partidos, una vez alcanzado el poder y para mantener el mismo, no dudan en ser las meretrices de cualesquiera otro poder (económico, como los bancos, o social, como los sindicatos) que les asegure la reelección, poniendo el bien del estado al servicio de intereses privados, particulares o, en todo caso, no generales.
Todo esto nos indigna hasta el punto de tomar la determinación de actuar de forma pacífica y organizada para cambiar el sistema y sustituir la mal llamada “democracia” actual por una democracia que hemos dado en llamar “real” por cuanto que tiene al ciudadano como variable fundamental de la ecuación política, y estrecha la distancia entre él y el acto de gobernar.
En Gavá, junio del 2011