domingo, 27 de junio de 2010

De nuevo en la carretera


Ver A Madrid 2 en un mapa más grande

Vuelve la aventura, vuelve el viaje. De nuevo será la carretera quién guié mi camino. 714 Km, 10 horas y media: a Madrid por el paso del suroeste (Teruel), esta vez atravesando, sobre 80CV de potencia, la Sierra de Albarracín.

Llevo bastante equipaje, las alforjas bien cargadas, mi cámara de fotos, mi música en mp3... todo aguardando en esta víspera el viaje que mañana comienza, impaciente por dar suavemente al gas con la mano derecha mientras la izquierda embraga, un instante antes de que mi pie, como un autómata, cambie de marcha.

sábado, 12 de junio de 2010

Cuando uno no sabe dónde va a despertar



Cuando uno no sabe dónde va a despertar, contiene el aliento antes de abrir los ojos. Cuando uno es consciente de que el sueño ha quedado atrás, de que hay luz diurna y una ventana y quizás alguien más allí fuera, un segundo de maravillosa incertidumbre, de temor y a la vez de urgente curiosidad, se apodera de cada músculo, cada órgano y cada célula que ahora despiertan, que vuelven a la vida.

Son ocasiones en que el acto sencillo de abrir los ojos, de descubrir primero el techo, luego las paredes y el color, la luz o los muebles de la habitación, se asemejan más seguramente al paroxismo del nacimiento, a nuestra primera llegada a este mundo, que al simple final de una noche durmiendo. No es frecuente, y requiere generalmente haber viajado y dormido en pocos días en distintas camas, en distintas habitaciones, el milagro que propicia que la memoria pierda el rumbo una buena mañana y nos regale ese momento de descubrimiento, de revelación, de renacimiento.

Porque el lugar dónde nos encontramos al despertar tiene mucho que ver con quienes somos, porque no llegamos a conocer nuestra identidad hasta que nos ubicamos cada mañana en el espacio y en el tiempo, y porque ese instante, cuando cedo a la curiosidad, cuando separo la cortina rosada de mis párpados y descubro dónde estoy, contiene destilada toda la esencia del zumo de esta vida: el sueño, la conciencia; el miedo, la pregunta; el coraje, la aventura; el descubrimiento, la sorpresa. Todo ello flotando en un mar de rutina, de madrugadas limpias y despertares calmos en los que no cabe duda de quienes somos o dónde estamos.